domingo, 11 de junio de 2017

El color púrpura:

En 1982, Walker publicaría el que fuera su trabajo más conocido, la novela epistolar El color púrpura. Se trata de la historia de una joven mujer negra en lucha no sólo contra el racismo de la cultura blanca, sino también contra las actitudes fomentadas desde el patriarcado negro. Este libro obtuvo un absoluto éxito comercial. Acabó convirtiéndose en un best seller que en 1985 vería una adaptación cinematográfica dirigida por Steven Spielberg, en la que ella misma se encargó de adaptar el guion, y su secuela como musical de Broadway en 2005.
Además del Premio Pulizter en 1983, también ganó el American Book Award por este libro.

Por otra parte, el libro ha recibido numerosas críticas centradas en la imagen que el libro da de los hombres afroamericanos. Cuando fue publicado, había críticas sobre los perfiles de los personajes masculinos, ya que se les describía como abusadores (en el caso de Alber/Mr) o bufones (como su hijastro Harpo). Las críticas se intensificaron cuando la película vio la luz, ya que la trama de ésta corta una significativa parte del libro en la que se cuenta una reconciliación entre Albert y Celie, la protagonista.


Gibran Kahlil Gibran

Gibran Kahlil Gibran fue un poetapintornovelista y ensayista libanés nacido en BisharriLíbano.
Nació el 6 de enero del 1883 en la aldea libanesa de Bisharri, en el seno de una humilde familia maronita. En cuanto a su primera educación escolar, ésta comienza en la Escuela elemental de Bisarri. El segundo de cuatro hermanos: Boustros, Marianna y Sultana, vivió con ellos hasta los 11 años, cuando gran parte de su familia emigra a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades para trabajar y vivir. Antes de ese viaje, aprende de otras personas, entre ellas su abuelo materno, del conocimiento del arte y del saber universal, que fueron base para la literatura y la pintura, ya desde pequeño se revela como artista, tanto en el plano literario como en el pictórico.
Se estableció con su familia en Boston, Massachusetts; con el tiempo aprendió y cultivó con devoción el inglés, lengua que haría famosas sus novelas, aunque no olvidó el árabe, que perfeccionó tras su regreso a Líbano en 1898 hasta 1902. En Beirut frecuentaba el centro religioso maronita y nacional, Bayt al- Hikma. Aprendió francés y empezó a forjarse un estilo literario sutil, elegante y fino. Durante esa estancia en su país natal, destaca por su habilidad en el dibujo y nace en él la idea de escribir un libro, El Profeta, que con el tiempo sería su obra cumbre. Volvió a Boston y comenzó a publicar en árabe obras que ponen de manifiesto su peculiar estilo. Su habilidad por el dibujo y la pintura lo llevó a crear obras tan importantes que se exhibieron en varias partes del mundo y llegaron a compararse con trabajos de Auguste Rodin o William Blake.
Gibran no era en absoluto un político. Solía decir: “no soy político ni deseo serlo” y “me alejo de los acontecimientos políticos y las luchas de poder, pues toda la tierra es mi patria y todos los hombres son mis compatriotas”.
No obstante, vindicó el árabe como lenguaje nacional de Siria, considerando ésta desde un punto de vista geográfico, no político. Cuando Gibran conoció a Abdul-Bahá, quien había viajado a los Estados Unidos en parte para promover la paz, admiró sus enseñanzas sobre la paz, pero advirtió que “las naciones jóvenes como la suya” deben ser liberadas del control otomano. Además, en estos años escribió su famoso poema “Pobre de la Nación”, publicado póstumamente en “El Jardín del Profeta”.
Algunas obras son:
  • Espíritus rebeldes (1903)
  • La música (1905)
  • Alas rotas (1912)
  • Lágrimas y sonrisas (1914)
  • La procesión (1918)
  • El loco (1918)
  • Los cortejos (1919)
  • Lázaro y su amada (1925)
  • Arena y espuma (1926)
  • Jesús, el Hijo del Hombre (1928)
  • Entre noche y día
  • El jardín del Profeta
  • El maestro
  • La voz del maestro

Kahlil Gibran:

Tus hijos no son tus hijos
Son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos,
Pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes hospedar sus cuerpos, pero no sus almas,
Porque ellas viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas vivas, son lanzados (…).
Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea hacia la felicidad”.




Habla de los padres que quieren tener a sus hijos siempre protegidos y que todas las personas somos libres, Los padres por tener hijos, no quiere decir que sean de su propiedad ni se les puede imponer que hagan algo. Esto se puede ver en frases como "Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, Pues ellos tienen sus propios pensamientos."